Durazno

El lugar ideal para plantarlos es al lado de una pared que reciba bastantes horas de sol diario. De esta forma crecerá protegido del viento y en condiciones similares a sus lugares de procedencia (climas cálidos). Son fértiles por si mismos, sólo basta con proporcionarles el espacio adecuado. El duraznero produce fruto a partir de su cuarto año de crecimiento y es un árbol que puede vivir en torno a los 30 años. Esta planta es de la familia Rosaceae Nombre científico: Prunus persica Nombre común: duraznero, melocotonero Tamaño: Árbol de hasta 6 a 8 metros de altura Follaje: caduco (pierde…

Descripción

Árbol de  copa redondeada, la corteza del tronco es pardo-violácea, agrietada; las ramas son rojizas y extendidas cuando jóvenes y las ramas secundarias son cortas, divergentes y escasas. Las yemas latentes son frecuentes especialmente sobre las ramas viejas.

Sus hojas son arrolladas cuando son jóvenes, lisas, brillantes, irregularmente dentadas, ovales, algo acorazonadas en la base, de ápice acuminado, con el haz de color verde oscuro y más pálidas en el envés. Peciolo largo, asurcado y glanduloso.

El mejor momento para la plantación es cuando el árbol se encuentra en el momento de latencia, en invierno. Como no son árboles muy vigorosos no es indispensable utilizar portainjertos enanizantes.

Floración

Florece en primavera. Flores grandes, solitarias, con cáliz rojo y pétalos blancos o rosados. Aparecen en primavera antes que las hojas.

Fruto

Drupa globosa, amarilla y muy sabrosa. Piel más o menos anaranjada, teñida de rojo en la parte expuesta al sol, recubierta de una finísima pubescencia y con un surco muy marcado, que se extiende del pedúnculo a la parte opuesta.

Pulpa más o menos adherida al hueso, más o menos jugosa y perfumada.

CLIMA

Como se trata de árboles de tronco corto necesitan una exposición constante al sol y deben mantenerse protegidos de las heladas para que las primeras flores no sufran a comienzos de primavera, para protegerlas se puede utilizar tejido hortícola. Resiste bien los fríos invernales.
Exige calor estival para la completa madurez de la fruta.

SUELO

En cuanto a suelo, es muy poco exigente pero prefiere los suelos cálidos, secos, ligeros y profundos, no adaptándose a los suelos fuertes, fríos y húmedos.
La permeabilidad del subsuelo tiene una gran importancia en este cultivo, pues todo estancamiento de agua es fatal para el albaricoquero.
En tierras profundas toma un gran desarrollo y los frutos son de buena calidad.

RIEGO

Es resistente a la sequía. Cuando se han formado los frutos, hay que vigilar que la planta está bien regada, pues es el momento más sensible a la sequedad.

ABONO

Cuando la planta aún es joven debe abonarse cada primavera utilizando un fertilizante de tipo general: harina de pescado, sangre y huesos, etc. para así potenciar un crecimiento más intenso. Cuando, pasados los cuatro años, la planta ya es adulta, el único cuidado que hay que aportar al suelo es un acolchado anual de estiércol.

PODA

Como todos los árboles que dan frutos de hueso, la poda no debe realizarse en invierno, puesto que expondríamos la planta a las enfermedades del estertor purpúreo o chancro bacteriano. La poda debe retrasarse hasta principios de primavera, eliminando los trozos de madera que estén enfermos. Hay que podar las ramas que se crucen y puedan sufrir daños producidos por el rozamiento, o en aquellas partes donde el árbol presente un abarrotamiento excesivo de ramas. Se puede utilizar el método de renovación parecido al de los cerezos. En la poda debe mantenerse la copa despejada, evitando grandes cortes, que pueden provocar la enfermedad del chancro.

PLAGAS

Las plagas y enfermedades que afectan a estos dos ejemplares son: la lepra o abolladura, el estertor purpúreo, el chancro bacteriano y midiu. Entre las plagas más comunes están los áfidos, la araña roja y los cóccidos (en invernadero).

COSECHA

La cosecha de los frutos debe esperar hasta que éstos hayan madurado por completo, de esta forma son muy fáciles de desprender del árbol y están preparados para consumir. Para almacenarlos se puede hacer conserva de los melocotones y nectarinas.

PROPIEDADES Y USO

El durazno contiene vitaminas del complejo B y C. Minerales como el potasio y fitoquímicas, como la luteína, zeaxantina, criptoxantina y betacarotenos. Propiedades para sanar los calambres o fatiga muscular.

También aporta una diversa cantidad de ácidos: ácido nicotínico, ácido pantoténico, ácido málico y ácido cítrico. El ácido nicotínico o vitamina B3 aporta para que la piel, sistema nervioso y digestivo funcionen bien. Elácido málico activa la energía del cuerpo siendo muy bueno para la fibromialgia o fatiga crónica. El ácido pantoténico o B5 proporciona para bienestar para la salud en general regenerando la piel y las uñas. El también contiene, vitamina A, sodio y fósforo.

Te ayudará a estar menos cansado, menos estresado y evita la ansiedad. Sirve para regular la tensión arterial. Como es una fruta con muchísima fibra hace que los intestinos trabajen bien, por eso se lo utiliza para tratar el estreñimiento por su efecto laxante. Por su alto contenido de hierro y bajo de azúcar, pueden consumirlo (siempre y cuando antes consulten con un médico por su seguridad), las personas que padezcan de anemia y diabetes. El durazno es ideal para personas que también padezcan de falta de apetitos. Posee un efecto diurético. Es un excelente estimulante digestivo. Disminuye el colesterol malo gracias a la pectina.
Estas son solo algunos de los beneficios que nos brinda esta grandiosa fruta, en resumen podría decirse que el durazno tiene propiedades laxantes, diuréticas, antioxidantes, adelgazantes, digestivas y depurativas para el organismo.

Se consume principalmente como fruta fresca, aunque también se utiliza para fabricar algunos derivados como compotas, mermeladas, zumos y los famosos ‘orejones’ que no son más que albaricoques secos.

Información adicional

Luz

Media sombra

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