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Guindo
Esta planta es de la familia Rosaceae. Nombre científico: Prunus cerasus Nombre común: guindo, cerezo ácido o cerezo de Morell Tamaño: entre 4 a 10 metros de altura Follaje: perenne.
Descripción
Nativo de Europa y sudeste de Asia, el árbol del guindo es más pequeño que el cerezo silvestre, con numerosas ramillas en cada rama, hojas ovaladas o elípticas de 3,5 a 7,5 cm de longitud, no tienen velo y su peciolo es más breve, son duras y brillantes en su parte superior. Los frutos rojos casi negros, nacen en los tallos más cortos. Son árboles que pueden crecer muy bien en huertas, y son fácilmente moldeables mediante la poda.
Los guindos, son familiares muy cercanos de los cerezos, de modo que tanto el aspecto como el sabor resultan similares. Sin embargo, el fruto de los guindos es más ácido, y su crecimiento más moderado.
FLORACIÓN
Florece durante toda la primavera. Las flores blanquecinas del guindo tienen cáliz y corola con cinco elementos y se agrupan en racimos. Dentro de esta especie, la variedad de guindos de flores más notables es el rhexii.
FRUTO
Su fruta se llama cereza o guinda, es de un rojo intenso, profundo, casi negro, y su forma es casi idéntica a la de las cerezas. La diferencia está en el sabor. Las guindas no son tan dulces como las cerezas.
CLIMA
Los cerezos necesitan una exposición soleada y son bastante resistentes al frío al parecer, hasta los diez grados bajo cero. A veces los cerezos florecen mal y fructifican poco o nada y eso es debido a que necesitan inviernos fríos, son necesarias entre mil y mil quinientas horas de frío en invierno para obtener buenas cosechas. En lugares en los que la temperatura se mantiene todo el año de forma estable por encima de los quince grados, los cerezos no son adecuados para cultivar.
Es importante protegerlo de heladas tardías.
SUELO
El guindo es una planta que necesita un suelo con buen drenaje. Sus raíces se extienden mucho hacia abajo y necesitan que el agua llegue hasta profundidades de más de un metro. La siembra se realiza a fines de otoño.
El suelo puede ser arcilloso pero debe tener abundante humus, con la posibilidad, reiteramos, de dar a las raíces profundidad de expansión y alcance del riego.
RIEGO
En verano el riego debe ser regular para evitar que el suelo se seque del todo, lo que sería muy malo para el árbol pero con la precaución de no encharcarlo, de ahí la importancia de un buen drenaje en el suelo.
ABONO
Se debe realizar en invierno y es conveniente agregar abono orgánico, el estiércol de caballo puede ser abono suficiente.
PODA
Se podan en invierno mientras los árboles están en letargo y antes de que empiece a subir la savia. Una poda fuera de época produce más daños que beneficios ya que estos árboles pueden literalmente desangrarse perdiendo casi toda su savia y a través de las heridas de poda pueden contraer la enfermedad que es su mayor enemigo, la gomosis.
La poda en los cerezos debe hacerse con mucha precaución, quitando sólo ramas dañadas o mal formadas y para darles la forma adecuada.
PLAGAS
En cuanto a plagas, pueden ser atacados por cochinillas y pulgones, en ejemplares aislados y en lugares donde no hay en los alrededores abundancia de cerezos, es muy raro que aparezca la mosca del cerezo que daña los frutos de las plantaciones.
COSECHA
El guindo da sus frutos durante el verano.
PROPIEDADES Y USO
Contiene sales potásicas, trazas de polifenoles: taninos catéquicos. Flavonoides.
Las deliciosas guindas son ideales para las mermeladas. La variedad “marrasca” es la que se emplea para los famosos “marrasquinos” de Dalmacia.
Es utilizado también como diurético, astringente, expectorante. Indicado para estados en los que se requiera un aumento de la diuresis: afecciones genitourinarias, gota, hipertensión arterial, edemas, sobrepeso acompañado de retención de líquidos. Su uso como diurético en presencia de hipertensión, cardiopatías o insuficiencia renal moderada o grave, sólo debe hacerse por prescripción y bajo control médico, ante el peligro que puede suponer el aporte incontrolado de líquidos, la posibilidad de que se produzca una descompensación tensional o, si la eliminación de potasio es considerable, una potenciación del efecto de los cardiotónicos.
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